Tras el esplendor del verano, el sol pasa el equinoccio: el sol se pone antes, baja la savia de plantas y árboles, la naturaleza se seca. El principal órgano afectado por este descenso de energía es el pulmón, y de rebote el intestino grueso y la piel. De ahí que en este periodo del año tenga lugar la aparición de resfriados, bronquitis, sinusitis, sequedad de la piel y caída del cabello.
Por otra parte, se dice que los pulmones son los controladores de energía. Son ellos los que mediante los movimientos rítmicos de la respiración y la vitalidad de la energía situada en el centro del pecho nos proporcionan el dinamismo necesario para toda la jornada. En cuanto a las emociones, los pulmones gobiernan la tristeza y la nostalgia de los buenos momentos.
Gracias a estos conocimientos podemos comprender mejor por qué en otoño nos quejamos de una falta de ánimo y de moral baja, a veces sufrimos tristeza y melancolía.
A fin de mantener la forma y la moral los chinos recomiendan los estiramientos de meridiano de pulmón y del intestino grueso, también se puede practicar la grulla y el árbol, todas estas posturas del sistema de Qi Gong para armonizar con el otoño.